Todavía no caigo, acabo de hacer contacto con un dios real...
Ahora debo comenzar esta nueva vida, naciendo como un bebé recién salido del interior de mi madre. Qué locura...
Tomé verdadera consciencia de lo que sucedía a mi alrededor recién cuando era recibido por los brazos de una joven mujer de pelo casta?o que estaba desnuda. Eso es todo lo que pude ver. Mi vista aún era algo borrosa y no podía percibir al cien por ciento los peque?os detalles.
También escuché sordamente unas voces y ella movía su boca, pero el sonido lo sentía como distorsionado, así que no pude entenderles.
Bueno, supongo que esta mujer será mi madre, porque de inmediato me llevó a su pecho para amamantarme. Básicamente, tuve que aceptar rápidamente con mi boca que esta desconocida era mi nueva madre.
No sé describir cómo se siente este nuevo sentimiento de ser frágil y no entender nada de lo que está a mi alrededor. Sin embargo, sí sé una cosa, y es que todo esto va a ser una verdadera barbarie. De hecho, ya lo es desde que morí.
Creo que no fingí muy bien mi papel de bebé recién nacido. ?Debería llorar un poco para que no sospechen nada raro? Porque me quedé intentando ver a las personas y el entorno en vez de llorar.
Lo cierto es que no me sentía de ánimos para andar imitando el llanto de un recién nacido, no en este momento.
Cuando empecé a parpadear un poco y enfocar mi vista, pude notar más nítidamente las cosas. Nosotros dos estábamos en el suelo, ella sentada y apoyada contra una pared y yo sobre sus brazos.
Al costado de la mujer estaba parado un hombre de pelo largo y negro. él vestía una sola prenda inferior que parecía estar hecha de piel marrón de animal y le rodeaba la cadera como si fuese una falda. Supongo que será mi padre.
Al lado de ese hombre había una se?ora mayor que pareciera ser la partera, o al menos supongo que ella me recibió cuando yo nací. Apenas se le notaban unos mechones negros que le llegaban hasta los hombros.
Mi madre y mi padre al parecer son humanos normales, por lo que yo debería seguir siendo un humano como en mi vida pasada.
Cuando la diosa me dijo que en este mundo había magia, me preocupaba el pensar que podría encontrarme con alguna raza extra?a y que yo naciera no humano. Por ejemplo, siendo un elfo o algo así, como en las historias de fantasía.
De pronto, la mujer mayor se inclinó hacia nosotros.
"El ni?o es bastante calmado, ?no?"
?Espa?ol? Habían pasado apenas algunos segundos desde mi nacimiento, pero parece que ahora sí puedo entender a la perfección lo que dicen. No sé si realmente hablan espa?ol o, de alguna manera, algo externo a mis conocimientos hace que pueda entenderlos.
?Será por ese supuesto pelo rojo que llevo?
"Aunque parece que es un bebé fuerte y saludable", agregó a sus anteriores palabras con una sonrisa, examinando mis rasgos con cuidado. Pude notar su piel arrugada y más morena que la de mis padres, que eran blancos.
"Sin duda traerá alegría a esta familia".
Me encantaría responderle... Ahora solo puedo fingir que soy un bebé, así que no puedo hablar, aunque posea la capacidad de hacerlo.
"Sí, es bastante tranquilo", dijo mi nueva madre, algo agitada.
Luego me miró a mí; pude notar que sus ojos eran marrones.
"Pero eres nuestro peque?o milagro, Luciano, ?sabes?" Dijo mientras tocaba suavemente mi cabello.
?Ahhh! Qué susto me llevé... En el momento en que ella tocó mi cabeza, sentí una peque?a electricidad recorrer mi cuerpo. Creo que es por... Espera, ?acaso dijo Luciano? ?Ese fue mi nombre en el otro mundo!
?Una coincidencia? No, debe ser que Sariah hizo algo para que esto sucediera. De alguna manera me pone contento que siga llamándome así. Al menos es algo bueno dentro de todo este caos.
Mi cuerpo quedó medio duro después de esa electricidad que recorrió mi cuerpo. Creo que nadie notó que pasó eso.
Por primera vez alguien hizo contacto con ese pelo rojo que me conecta con la diosa Sariah. Entonces ahora ella podrá saber todo sobre mi madre. ?Se habrán dado cuenta de que tengo un cabello rojo entre todo mi pelo? Bueno, en realidad ni yo puedo confirmar si lo tengo y todavía no sé de qué color es mi cabello; podría ser negro, como mi padre, o casta?o, como mi madre.
Mi supuesto padre, un hombre de aspecto robusto en musculatura, pero no muy alto, me observaba atentamente.
"Nuestro hijo será valiente y astuto, como su padre".
Bueno, definitivamente este hombre es mi nuevo padre en este mundo. De alguna manera, noto que tiene rasgos físicos parecidos a mi... Bueno, mi verdadero padre.
Intentemos no pensar en eso.
Creo que estamos dentro de una cueva. Apenas puedo ver lo que está más cercano a mí...
??Cómo voy a estar viviendo en una cueva!? ?Esto es una mierda!
Supongo que será así hasta que siga desarrollando mi cuerpo y pueda ayudarles a salir de esta miseria.
Es curioso ver que las personas que me rodean están semi desnudas. O sea, apenas están un poco tapadas con ropas primitivas de pieles. Debe ser por el calor agobiante que hace.
"Tiene tus ojos, Rundia".
"Sí, amor", respondió mi madre riendo ligeramente. Su voz se seguía notando algo cansada.
?Ella se llama Rundia? Qué nombre más raro.
Luego de unos minutos ya estaba llenito y listo para descansar.
Mientras mamá dormitaba sosteniéndome entre sus brazos, me surgieron muchas dudas, porque parece que Sariah sí tenía razón con lo de que este mundo es primitivo. ?Es muy primitivo!
Ahora mismo estoy desnudo, en una cueva y ni siquiera sé dónde voy a hacer mis necesidades. ?Ayuda, mamá!
?Cuántos a?os tendrán mis padres? Porque pareciera que no pasan de los veinte. O sea, hasta yo era mayor que ellos hace unos minutos y ahora me encuentro con que estos adolescentes son mis padres. Menores de edad no creo que sean, ?no? En realidad, ni siquiera sé cómo se maneja el tema del tiempo en este mundo.
Si es que no existe algún tipo de sistema horario, entonces en un futuro yo mismo tendré que inventarlo.
Debo decir que se siente algo reconfortante estar bajo los brazos de... esta mujer...
De pronto abrí los ojos. Creo que me quedé dormido bajo mis pensamientos.
Ahora estoy recostado sobre una hoja lo bastante grande como para abarcar todo mi cuerpo. Mientras tanto, me parece que mi padre está comenzando a encender una fogata con algunas ramas y piedras que debe haber traído de afuera. Al menos en estas tierras han descubierto el fuego; esa es una noticia muy buena.
La otra mujer mayor ya no se encontraba en la cueva. Estaba pensando que tal vez ella sea la madre de alguno de mis padres, y si es así, sería mi abuela.
Desde esta perspectiva puedo ver la entrada de la cueva y pareciera que se está poniendo el sol, porque apenas entra una tenue luz con sombras de hojas moviéndose. Afuera supongo que habrá un bosque o al menos algunos árboles. No logro divisar del todo la lejanía.
Este nuevo comienzo es horrible y aburrido a la vez. Encima, el hecho de pensar que la diosa sabe todo lo que pasa por mi mente me da un poco de repelús. Sariah, si estás escuchando mi mente, quiero decirte que espero que hayas escogido una buena familia para mí, ?eh!
Por ahora solo debería fingir que lloro. Aunque no tenga la necesidad de hacerlo, debo fingir. Esa es mi obligación, ya lo entendí.
***
Han pasado siete días desde que nací. Si bien he disipado algunas peque?as dudas que tenía, me está costando un poquito el poder recordar lo que sucede a mi alrededor. Debo encontrar una forma de contar las noches que voy pasando aquí. ?Tal vez dejando una marca de saliva contra la pared? No lo sé, para colmo toda mi movilidad depende de mis padres.
Luego de inspeccionar detalladamente la zona donde estoy siempre apoyado, la cual consta de unas hojas enormes sobre el suelo, decidí que cortaría peque?os pedacitos de una de estas hojas y los pegaría con saliva contra la pared.
Ahora, si no se despegan, no voy a tener problema en contar cuántos días llevo acá.
Odio no poder decir ni una palabra. Solo lloro de vez en cuando. Además, debo hacer mis necesidades sobre esta hoja, ya que aquí no existen los pa?ales. Así que ellos van trayendo nuevas hojas enormes cada día.
Oh, espera, están hablando.
"Rundia, nuestro hijo debe comenzar a ver más allá de esta cueva. ?Hasta cuándo piensas tenerlo aquí sin ba?arlo?"
Personalmente, creo que sí deberían ba?arme.
Mi madre, Rundia, suspiró profundamente mientras venía a buscarme.
"Lo sé. Pero es tan frágil, tan peque?o... Temo que el mundo exterior sea demasiado para él en este momento".
Su voz estaba llena de preocupación, y pude sentir su amor y protección hacia mí mientras me acunaba entre sus suaves brazos.
"Entiendo, pero no podemos mantenerlo aquí para siempre. Necesita acostumbrarse al exterior. Un ba?o sería bueno para él", dijo mi padre, con una mezcla de firmeza y suavidad. Bueno, después de todo, él tiene que ser el jefe de la familia.
"Vamos, llevémoslo al agua".
Ojalá tuvieran un fuentón o algo así para traer agua. ?Me van a llevar a un río?
Ahora me hacen extra?ar más que nunca mi ducha...
Rundia asintió, aunque aún parecía un poco reacia a la idea.
"De acuerdo, pero iremos juntos. Quiero asegurarme de que esté seguro".
Con ese acuerdo, ambos me envolvieron en la hoja grande y se dirigieron hacia la salida de la cueva. El aire fresco y el brillo del sol que se filtraba a través de la entrada me hicieron parpadear a mares. Era la primera vez que veía el exterior claramente, y me sorprendió la belleza del mundo que ahora era mi hogar.
Unlawfully taken from Royal Road, this story should be reported if seen on Amazon.
Caminaron por unos segundos.
La cueva apenas se encontraba al borde de un bosque que daba directo al que supongo que será un océano o un mar; había mucha agua. El ambiente y el aire se sentían demasiado puros; los árboles eran altos y frondosos al comienzo, pero iban cambiando a unos más peque?os al llegar a una playa. La naturaleza era vibrante y viva, mucho más de lo que había experimentado en mi vida anterior.
Lo cierto era que, si este era un mundo primitivo como lo estaba viendo ahora, no debería haber construcciones artificiales. Por lo tanto, tampoco debería haber contaminación en el ambiente. Es por eso que se siente tan bien respirar este aire.
?No será medio peligroso ba?arse en el océano? Bueno, aunque se ve bastante calmada el agua.
"Será rápido, peque?o. No te preocupes", dijo Rundia en tono tranquilizador mientras me sumergía suavemente en el agua.
El contacto del agua fresca del océano me hizo estremecer, pero no era desagradable. Ellos me lavaron con cuidado, asegurándose de no sumergirme demasiado.
"Parece que se porta muy bien Luciano. Siempre es tan calmado... ?No era que Anya te dijo que su hijo siempre lloraba?" Preguntó mi padre, al cual notaba que tenía las manos callosas y lastimadas.
?Quién es Anya? Ah, debe ser la mujer mayor, supongo.
"Sí, eso dijo ella y yo también lo vi. Se ve que cada uno es diferente".
"A mí me gusta que sea así".
Ella soltó una risita suave.
Mientras me ba?aban, escuché sus otras conversaciones. Papá hablaba de las cosas del día, de cómo debían recoger frutas y cazar para sobrevivir. Rundia respondía con detalles sobre lo que necesitábamos en casa... Bueno, la cueva. Mostrando mucha organización y cuidado para mí.
Después del ba?o, me envolvieron nuevamente en la hoja y me llevaron de regreso a la cueva. Me sentía más limpio y revitalizado, y noté que mamá parecía más relajada al sostenerme. Esto debía ser un gran logro para unos padres principiantes.
Unos días después, exactamente cinco contando los pedacitos de hojas, apareció un hombre en la entrada de nuestra cueva, pero no parecía ser humano.
Este ser, que era mucho más alto que nosotros, no parecía estar armado ni representar una amenaza inmediata, pero su presencia me generaba preocupación. Sus rasgos eran diferentes a los de cualquier ser viviente que haya visto antes: su piel tenía un tono oscuro y rugoso, sus ojos eran anaranjados y brillantes, y su cabello parecía estar formado por plumas blancas en lugar de cabello humano. Era como si fuera un pájaro con fisonomía humana, porque tenía un pico como boca.
Papá se puso de pie, protegiendo a la familia mientras evaluaba al visitante.
"?Quién eres tú y qué haces aquí?" Preguntó con firmeza, todavía manteniendo una distancia prudente.
El hombre miró a toda la familia con curiosidad.
"Soy un habitante de este lugar, vivo en la selva", respondió en un tono calmado, como si intentara decirnos que no venía a hacernos da?o.
"He venido en busca de algo que me sea útil".
Uf, ese tipo da miedo, pero creo que podría ser conveniente hacer algún tipo de trato con él. ?Diablos! Me gustaría ser mayor para poder participar en estas cosas, pero apenas tengo doce días de vida.
El hombre que decía ser de la selva observaba con una mirada penetrante, esperando una respuesta a su propuesta de... ?Intercambio?
Mientras tanto, Rundia me sostenía fuertemente, protegiéndome mientras evaluaban la situación.
Había mucha tensión en el ambiente, y papá parecía estar considerando las palabras del hombre antes de responder.
"?Qué tipo de cosas estás buscando?"
La pregunta nos daba un poco de tiempo para pensar mejor la situación.
El hombre sonrió, o por lo menos hizo una mueca que hacía parecer eso, revelando unos dientes afilados dentro de su pico. Luego dio unos pasos hacia delante.
"Tengo cosas e información que pueden ser de gran valor para ustedes. Podemos llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes".
Tengo que hacer algo, ?carajo! ?Tal vez sus plumas? Eso nos sería bastante útil en nuestro desarrollo. Podríamos hacer algún tipo de... ropa o algo así.
Agarré uno de los dedos de mi madre para así llamar su atención y le se?alé la cabeza llena de plumas del hombre pájaro. Después me golpeteé la cabeza, intentando de alguna forma comunicarme con se?as. No sé si llegará a comprender lo que intento decir.
Mamá se sorprendió al verme actuar así. Al principio, parecía confundida, pero luego siguió mi mirada.
Creo que puedo arriesgarme a hacer estas cosas. Después de todo, no es como si esta gente fuera tan capaz mentalmente como para pensar que no soy un verdadero bebé y vengo de otro mundo.
"Y, ?qué dicen? ?Tienen algo para darme?" Insistió la extra?a criatura.
Rundia se acercó a papá y le susurró algo al oído, haciéndole el mismo gesto que yo sobre su cabeza. él asintió y se acercó al hombre con forma de pájaro.
"?Qué es lo que tienes en la cabeza y en el cuerpo?"
?Acaso no hay pájaros por aquí como para saber que esas son plumas? ?Me estoy poniendo nervioso!
El se?or pájaro sacó una de las plumas como si nada y se la ense?ó a mi padre.
"Es mi pelaje, ?acaso lo quieres?"
él tomó la pluma blanca.
"A mi familia se le ha ocurrido... que podría llegar a tener alguna utilidad".
El pájaro inspeccionó la cueva con la mirada, tal vez buscando algo que pueda serle útil en este intercambio.
"Entonces voy a necesitar algo valioso, información, herramientas o quizá..."
Sus ojos feos se dirigieron hacia mí.
"Algo aún más preciado", dijo, para luego reír de forma entrecortada.
"?Cómo te atreves, maldito!" Respondió mi madre mientras se aferraba a mi peque?o cuerpo.
Mi padre miró a mi madre y le hizo una se?a abriendo la mano, como diciéndole que espere un momento. Luego se acercó un poco más al hombre pájaro y ya no pude escuchar de qué estaban hablando porque ella se puso a caminar de un lado para el otro mientras me cargaba.
"Todo estará bien, hijo..."
Al final parece que todo quedó como una broma. Una broma muy estúpida.
Mi padre se despidió.
"Mi nombre es Rin, vuelve ma?ana entonces".
El visitante solo se dio la vuelta y se fue de la cueva sin saludar.
Al menos ya sé el nombre de mi padre: Rin.
Por la noche pude escuchar que Rin le contaba a Rundia que quedaron en que nosotros les daríamos las 'cosas del agua', que supongo que serán corales, conchas de mar y demás, porque dice que a ellos les hace mal el agua, o algo así entendí.
Por cierto, no duermo con mis padres. Es algo raro.
El día siguiente llegó con una luz del sol que se filtraba por la entrada de la cueva. Mis padres me dejaron solo por primera vez. Supongo que estaban ocupados recolectando las cosas para el intercambio con el hombre pájaro. Mientras tanto, yo seguía fingiendo ser un bebé normal, aunque mi mente estaba constantemente trabajando, tratando de comprender mejor este nuevo mundo y encontrar formas de adaptarme y, eventualmente, prosperar junto a los demás.
Ellos volvieron cargando varias cosas brillantes y blancas entre sus brazos. ?Perlas? No, parecían más como unos brillitos peque?os.
Las dejaron sobre el suelo.
Rundia se acercó a mí con una sonrisa cansada.
"Hoy es un día importante, hijo", dijo en tono suave mientras me acunaba. Por más que se suponía que yo no le entendiera.
"Vamos a ver si podemos obtener el pelaje de ese extra?o visitante... Solo espero no tener que volverlo a ver luego de esto..."
Sus manos estaban húmedas y un poco temblorosas.
Se sentó contra la pared de la cueva y me empezó a amamantar.
Rin, por su parte, estaba dentro de la cueva, asegurándose de que todos los elementos del intercambio estuvieran listos. Observé cómo organizaba los corales y otras cosas brillantes con un cuidado meticuloso, poniéndolas sobre una hoja grande.
"Espero que esto sea beneficioso para todos", murmuró para sí mismo, aunque lo suficientemente alto como para que yo pudiera escucharlo.
Finalmente, el hombre pájaro regresó, tal como había prometido. Su presencia volvió a llenar la cueva de una extra?a tensión.
"?Tienen todo listo?" Preguntó, mirando con avidez las cosas sobre la hoja.
Rin asintió, abrazando las cosas envueltas sobre la hoja.
"Aquí tienes lo que pediste. Ahora, ?cumplirás lo que dijiste?"
él contestó empezando a tirar una por una las plumas que se iba quitando de todo el cuerpo. Algunas eran marrones, otras negras y las demás blancas.
Al final quedó una pila de plumas sobre el piso; eran bastantes y de diferentes tama?os.
Agarró las cosas que le teníamos listas y luego miró a mi madre.
"Cuiden bien al peque?o", dijo, con una voz más suave de lo que usaba para hablar.
Levantando una de sus garras, agregó: "Es especial".
Sin esperar respuesta, salió de la cueva y desapareció entre los árboles.
"?Qué habrá querido decir con eso?" Murmuró mi madre mientras me acariciaba la cabeza.
Rin, por su parte, estaba pensativo. Ni siquiera recogió las plumas del piso.
"Debemos ser cautelosos con él. Aunque por ahora parece que salió bien, no sabemos qué más podría querer en el futuro".
Esa noche, mientras mis padres comían pescado junto a la fogata, conversaban sobre si había alguna utilidad para darle a las plumas, pero pareciera que no llegaron a ninguna conclusión.
Yo me permití un momento de reflexión... Aunque este mundo era primitivo y lleno de desafíos, también parecía estar lleno de oportunidades. Si terminaba usando mi conocimiento y experiencia de mi vida pasada, tal vez podría ayudar a mi familia y a los demás a progresar, aunque todavía falta para eso... En realidad, a eso me mandaron a este mundo. No debo perder el objetivo de vista.
Ahora me pregunto: ?habrá más seres raros como este? Si los hay, solo espero que no sean tan feos.
Con cuidado y precaución, mis padres escondieron las plumas en lo más profundo de la cueva, un lugar que todavía no había visto.
La valiosa mercancía habrá quedado oculta bajo varias capas de rocas, supongo.
Esa decisión era algo bueno para mí, así no las utilizaban antes de tiempo, porque ya pensé en hacerme una almohada y dejar de dormir sobre esta porquería de piedra y hojas.
***
Creo que deben haber pasado aproximadamente dos meses desde mi nacimiento.
En el transcurso de estos días, un viento voló a la mierda los peque?os pedazos de hojas que contaban mis días vividos. Igual ya iban a empezar a sospechar sobre por qué hacía eso, así que de cierto modo era algo que debía pasar.
Todavía no recibí algún tipo de contacto de la diosa, pero por suerte ya puedo movilizar un poco más mi cuerpo, como las manos o los pies, pero no debo descuidarme mucho con las cosas que hago. Además de eso, mi vista ya es completamente normal.
"?Buaaaaaah, buaaaaaaaah, uaaaaaaaaaa!"
Comencé a fingir los típicos alaridos de un bebé para que me prestaran algo de atención. Necesito un mejor lugar para estar, o algo debajo mío que me haga sentir más cómodo.
Rundia vino rápidamente a mi lado, con una expresión preocupada.
"Oh. ?Qué pasa, hijo? No sueles llorar así", dijo, levantándome en sus brazos, meciéndome suavemente.
Hasta ahora, mi llanto de mentira funcionaba siempre. Sin embargo, esta vez mi pedido era más sofisticado. Otra cosa es que se den cuenta de lo que pido y le encuentren una solución.
Mamá revisó si necesitaba un cambio de hoja o si tenía hambre, pero obviamente no era eso. Comenzó a caminar por la cueva, tratando de calmarme.
Al ver que no dejaba de llorar, Rin se acercó, observando la escena con enojo en su rostro. últimamente venía más nervioso de lo normal en sus salidas de la cueva. Seguro que tiene algún problema que lo trae a mal traer.
Al verlo de más cerca, pude notar que sus ojos son negros.
"??Podrías hacerlo callar de una vez?!"
Logré ver que Rundia frunció el ce?o ante el comentario de Rin.
"Estoy haciendo lo mejor que puedo, amor. Es solo un bebé, y los bebés lloran... Se supone".
"Lo sé, lo sé. Es solo que... hay mucho en mi mente últimamente. No estoy pudiendo conseguir mucha comida..."
"Lo sé, amor. Todos estamos haciendo lo mejor que podemos. Tal vez necesitemos un poco de aire fresco. ?Qué te parece si salimos a dar un paseo con Luciano? Puede que eso lo calme".
Poco a poco ella había aceptado que de vez en cuando yo tenía que salir fuera.
"Sí, quizás un cambio de lugar nos haga bien a todos. Vamos, tomemos un descanso".
Rundia sonrió y se dirigió hacia la salida de la cueva, conmigo en brazos, mientras Rin nos seguía de cerca. El aire cálido y el suave susurro del océano nos dieron una bienvenida calurosa y reconfortante. Ellos caminaban lentamente, disfrutando de la tranquilidad del entorno.
Yo creo que es un océano, porque realmente no se ve absolutamente nada en las lejanías.
De repente, y luego de bastante caminata saliendo y entrando del bosque, se quedaron en un peque?o claro, donde el sol brillaba a través del dosel de los árboles. Mamá se sentó en una roca plana y comenzó a amamantarme, mientras Rin se quedó de pie, observando el horizonte.
"Amor", comenzó diciendo Rundia después de un rato de silencio.
"?Por qué te preocupas tanto? No has sido tú mismo últimamente".
Rin suspiró y se sentó junto a ella mientras me miraba a mí.
"Es difícil de explicar. He visto cosas... cosas que no había visto antes. Animales que parecen más agresivos, más... extra?os. Y no es solo eso. La caza se ha vuelto más difícil y la comida está disminuyendo. Me preocupa cómo vamos a sobrevivir si las cosas siguen así".
"Entiendo tus preocupaciones, Rin. Pero también sé que somos fuertes. Hemos superado desafíos antes, y lo haremos nuevamente. Tenemos a Luciano ahora, y debemos ser fuertes por él".
"Sí, pero no hace mucho que vivimos solos aquí y ya nos está costando..."
De reojo pude ver una figura de un ser con orejas altas que apenas asomaba su cabeza por detrás de un árbol. ?Quién nos está vigilando? ?Acaso...? ?Será que mi energía o algo así está produciendo algún cambio en este lugar? El hombre pájaro de alguna manera intuyó o supo que soy alguien diferente.
De pronto la figura desapareció. Tiene que ser otro ser extra?o.
Pasaron unos minutos en los que volvimos a caminar hacia la playa. No volví a ver al ser extra?o que parecía estarnos vigilando en secreto.
Ni siquiera sé por qué estamos viviendo tan cerca del océano; eso podría ser peligroso. Bah, en realidad no lo sé bien, tal vez más adentro del bosque es más peligroso.
Definitivamente tengo muchas cosas que explorar y arreglar en un futuro...